El cazador de osos

Matías no está bien. Él lo sabe. Pero de una forma muy tonta se mete en una historia que se va complicando por momentos. Parecía un buen negocio: encontrar a un chico joven perdido en la noche de Chueca. Dinero fácil y rápido pagado por un padre sobreprotector.
Pero nada es lo que parece en esta historia. Matías tendrá que lidiar toros que llevaban tiempo persiguiéndole para acabar con él. Menos mal que le quedan los porros, el chamsky, el porno y los chats. Si no, estaría perdido.
Todo empieza cuándo ocurre algo que no estaba previsto… Y lo que empezó siendo un caso sencillo va creciendo como una bola de nieve. Debe ser por el ambiente navideño en el que transcurre parte de la
novela.
Estar en el momento inoportuno en un lugar equivocado se paga.
Y, a veces, el precio es muy alto.