Sus ojos rubíes no paraban de mirarlo, y sus ojos no paraban de mirarle. No despegaba su mirada de él. Miraba esas dos intensas gemas rojas brillantes.
Él lo miraba, y él también. ninguno decía nada. Todos los demás lo miraban cómo sí le hubiese brotado una segunda cabeza del cuello.
La cabeza de izuku daba vueltas, su mente repetía esa frase como un disco rallado una y otra vez. "Me gustas, izuku". Él, cómo todos los demás lo miraba sin poder creerlo.
"Qué?" Preguntó izuku con la voz temblorosa, sus ojos estaban abiertos por el shock
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¡Esto no tiene orden cronológico!, podrás empezar a leer cualquier capítulo y no necesitarás de contexto.