Entonces lo vi. No pude evitar acercarme, estirar mi mano, y rozar con mis dedos esa media luna, tan fría y hermosa. Nunca podemos imaginar las consecuencias de nuestros pequeños actos. Y pensándolo bien, aún sabiendo todo lo que iba a pasar, hubiera echo exactamente lo mismo, porque la vida misma se basa en pequeños errores, esos errores que nos ayudan a aprender y a crecer como personas. Y yo no me arrepiento de haberlos cometido. Historia registrada en SaveCreative con todos los derechos reservados al autor. Queda prohibida cualquier copia, venta, distribución y almacenamiento de cualquier parte de esta historia sin aprobacion del autor. ¡No copies, crea!