17 Partes Concluida Los sueños pueden hacerse realidad.
Las esperanzas pueden convertirse en un acto derrochante de verdad.
La realidad puede convertirse en lo que llamamos el acto ensimismante.
La mentira la podemos reflejar como la verdad de las personas que buscan no callar.
Las palabras también pueden reflejar el arte de ser una acción monótona.
Pero sobre todo, la elocuencia también se puede catalogar como una locura.
Entonces, seremos locos elocuentes que juegan y crean su propio universo paralelo.
Ella, en la acción que le proporciona la paz, juega a surcar un mar infinito, al que llamamos cosmo.
Salta de estrella en estrella, con el anhelo central que es cumplir su última promesa.
Se lleva la convicción de que cumplió la última del chico. Se siente orgullosa de que vivió, amó, disfrutó, lloró y ahora, cumplirá.
Cuando la última estrella se dislumbra frente a ella, observa la figura que el panorama le proporciona.
Observa el lugar por el que tanto tiempo ha esperado y ha disfrutado esperando.
Observa la ilusión que frente a ella se pinta.
Observa el acto que es que su sueño ahora se cumple.
Observa también al anillo que como alguna vez pensó, se hace resplandecer y enaltecer, adherido a su dedo anular
También observa la silueta de la persona que es su mayor anhelo.
Su eje central.
Su recuerdo primordial.
Su mirada tan templada, la cual asemeja a un glacial.
Observa su amor mordaz.
El chico se da la vuelta lentamente, con las manos en los bolsillos de sus pantalones de chándal, sus ojos templados escrutantes, su cabello blanco desparramado y extendido en todas direcciones.
Él enfoca su mirada en la chica que alguna vez llamó y apellidó Chica de orbes primavera y una sonrisa ladeada se hizo resplandecer en su rostro.
La chica, que por tanto tiempo lo había llamado Chico de ojos templados, cabello blanco y sonrisa ladeada, le sonrió ampliamente al tiempo que se acercaba a su persona.