Sentía como respiración, que lenta y armoniosamente chocaba contra mi pecho y todavía no podría asimilar que esto no era un sueño, sentía que en unos minutos mi despertador sonaría y esto seria acabaría, pero... esta vez era distinto. Luego de pellizcar infinitamente mi brazo, no caía en la realidad, que estaba ahí, junto a Justin Bieber, mi vida, mi amor, mi corazón, y mi razón por la cual vivo. Sueños, esperanzas, pasiones y amores es lo que hay que tener en la vida. Nunca digamos nunca y creamos en nuestros sueños, porque si nos lo proponemos, lo vamos a lograr.