Dos niños, uno pelinegro y uno rubio que detestaba sus hebras claras, que vivían en el mismo vecindario y eran inseparables. Pasaban los días jugando juntos, descubriendo el mundo y creando recuerdos inolvidables. Sin embargo, debido a circunstancias familiares, Samael tuvo que mudarse a otra ciudad y su amistad se vio interrumpida.
A lo largo de los años, Rhett y Samael nunca se olvidaron el uno al otro, sin embargo, sus recuerdos se fueron debilitando. Ambos guardaban en su corazón los momentos felices que compartieron en su infancia. El destino quiso que años más tarde se reencontraran en los vestidores de una tienda departamental y en otro continente.
Al verlo sonreír de oreja a oreja, Rhett tuvo un sentimiento de familiaridad, pero no supo la razón. Los ojos de Samael se iluminaron al ver a aquel niño con quien solía correr por las calles. La chispa de su amistad se encendió nuevamente y, con el tiempo, esa conexión se transformó en un amor profundo y sincero.
Rhett y Samael descubrieron que, a pesar de los años y la distancia, su complicidad seguía intacta. Se complementaban perfectamente y, a pesar de los obstáculos, juntos construyeron una historia de amor basada en la confianza, el cariño y la complicidad que habían cultivado desde pequeños.
Y así, Rhett y Samael demostraron que el amor verdadero puede resistir la prueba del tiempo y las adversidades, floreciendo incluso después de haber estado separados por años.
freen y becky se conocen en su adolescencia Pero los padres de Becky no aprueban su relación Haci que se ban a vivir a otro país
años después las dos se reencuentran en una fiesta de magnates ya que
Becky es dueña de la empresa Lois Vuitton
y freen es dueña de la empresa Chanel