Observo danzar a aquella estrella, salta continuas veces y luego deja caer su cuerpo en el cielo, se levanta de aquel hermoso lugar y danza nuevamente, sólo que esta vez decide mostrar su gran resplandor, encierra dentro de sí misma un paradigma de perfección.
Me sorprendo con cada uno de sus maravillosos y estupendos pasos, con sus ejemplares de ternura y su encantadora sonrisa que con su inigualable brillo deslumbra mi vista.
Aquella noche mientras la observaba danzar sin darme cuenta, hipnotizado por su danza, comencé a escalar por una gran montaña, estando en lo más alto de ésta y al recobrar el sentido quedé plasmado, asustado; comencé a contemplar la muerte al observar que comenzaba a derrumbarse el lugar sobre el que estaba, sin darme cuenta comencé a caer, aquella estrella que vi danzar me recogió en mi caída, allí fue donde me di cuenta que era mi heroína, me acostó sobre el cielo y luego de unos segundos comencé a danzar con ella, era increíble. Su paradigma de perfección comenzó a ilustrarse ante mis ojos y allí, en aquel momento quede deslumbrado. Me enamoré, me enamoré de su perfección, de su danza, de todo lo que habitaba en ella.
Sin darme cuenta todo comenzó a colapsar, me encontré nuevamente arrojado en aquél campo, observando a las estrellas, sólo que esta vez estaba ella allí, a mi lado, sosteniendo mi brazo. Comencé a abrazar su cuerpo y allí es cuando al igual que ella yo comencé a brillar.
El destino no permite a una joven ser tan brillante como lo podria haber sido, pero por otro lado... no puede negar que ha aprendido algo, no confies en nadie, todos son falsos... excepto esa chica tan linda e interesante, quizas... solo quizas... pueda ser interesante.