Durante el periodo Edo y la gubernatura de Tokugawa como parte de su política de control, las leyes establecían la restricción de los burdeles en distritos especiales separados por muros a cierta distancia del centro de cada ciudad, denominados "Yukaku" (barrio del placer). Estos crecieron rápidamente hasta convertirse en "cuarteles del placer" que ofrecían todo tipo de entretenimientos. De manos de las mujeres más hermosas de la nación. Sin embargo había un secreto a voces resguardado tras los enormes muros rojos. La existencia de casas especiales que eran atendidas por los niños varones más hermosos que se podían encontrar. Los kagema. Existencias negadas dentro de un mundo que aceptaba todo lo que el exterior trataba de mantener oculto. Conozcamos la vida de estos niños que fueron forzados a trabajar en el rudo, exótico y competitivo mundo de la prostitución en una época que afianzaría los usos y costumbres de una nación. Ellos serán educados para convertirse en flores que se abrirán solo para aquellos que los compren en las largas noches dentro del Yukaku.