Las piernas de Severus no duraron más y solo se dejó caer en el frío suelo abrazándose a si mismo en un consuelo lamentable hacía si mismo. De pronto sintió unas pequeñas manos que le acunaban su rostro rojo por las constantes olas de placer que su celo le enviaba. -No te preocupes, desde ahora yo te cuidare mi lindo Sev. -Harry lo vio complacido, y sonriente abrió su boca mostrando sus caninos- solo dilo... -Ya apúrate Potter...-y lo mordió.