- ¿Quién eres tú? - me pregunta desafiándome con la mirada, con un tono de voz entre molesto y sensual.
- Lilly, Lilly Parker - contesto casi sin voz, sorprendida por su cercanía.
- ¿Por qué te entrometes? - me pregunta con una sonrisa de lado, jugando con la poca paciencia que me queda en este momento.
- ¿Por qué lo haces tú? - sonrío con suficiencia, soltando a mi susodicha amiga para posicionarme más cerca de él.
- ¿No te doy miedo, pelirroja? - se acerca incluso más a mí, al punto de tocar nuestras narices.
- Asco quizás, miedo no - sonrío triunfal con la cabeza bien alta y escucho una ovación a mi alrededor. Él deja de sonreír y frunce las facciones de su cara, enfadado.
- Te prometo, pelirroja, que vas a ser mía - me susurra suavemente en el oído, rozando mi piel, enloqueciéndome.
Con esa promesa mi mundo cambió de pies a cabeza, ya no fui la misma chica sencilla, divertida, inteligente y amable; ya no existían mis normas, y tampoco las barreras que me protegían... Todo eso desapareció justamente cuando llegó a mi vida Sally y su violento, engreído, idiota, y malnacido primo.
Mi mundo cambió, y yo también.