Le he perdido. Me gustaría decir que me di cuenta de esto justo en una fría noche de invierno y que por esto comencé a temblar; o que estaba pasando por un momento difícil, lleno hasta el tope de estrés y que en un desenfrenado acto, rompí a llorar, pero no fue así. En cambio me di cuenta que le había perdido durante el día, evocando al peor de los enemigos del amor: la razón. Y en mis razonamientos me di cuenta, inequívocamente, que le había perdido, también me percaté del momento en que por infortunio comencé a perderle, y así, razonando, comencé a temblar y llorar en un caluroso día... Y le he perdido. Nota: La historia no cuenta con sinopsis dado el objetivo que busco como autor, en cambio tiene una introducción que debe cumplir cómo sinopsis.