Cuando por fin después de un largo silencio, en el que parecía haber estado buscando las palabras adecuadas, el médico le dio el diagnóstico de la enfermedad que lo aquejaba, tuvo la sensación de que su vida como la había vivido durante sus 45 años, adquiría ahora en retrospectiva, un sabor y un tono distintos y que probablemente, a partir de ese momento, adoptaría una trayectoria muy diferente a la que había previsto...