Uno, dos, tres golpes fueron dados sobre su muslo izquierdo dejando una marca rojiza que se atrevía a competir con el color de sus mejillas y sobre las cuales diminutas lágrimas comenzaban a humedecer. -¿duele? - se reincorporó acariciando su rostro con el frío cuero del látigo - apenas hemos comenzado Chuuya así que... - acercándose a su oído paso su lengua sobre el lóbulo tras jalar con fuerza la correa que llevaba alrededor de su cuello - resiste, dejame jugar contigo, dejame romperte mi Chuuya- ●los personajes no me perteneces son exclusivos de Asagiri Kafka ●relación chico x chico, sino te gusta por favor retiraré de lo contrario espero lo disfrutes.All Rights Reserved