Lana Morgan y Aidan Gallagher, dos chicos criados juntos como hermanos, dos chicos que desde muy niños eran buenos amigos, de hecho los mejores amigos.
Cada llanto, cada risa, cada golpe, el uno estuvo con el otro... Lana y Aidan jamás se separaban, o bueno, no lo hicieron hasta cierto punto, donde por casualidad sus vidas se vieron obligada a separarse ¿Por cuánto? ninguno lo sabía, podía ser días, semanas, meses o incluso años. Años donde Lana lloraba, cada día y cada noche, años donde Lana luchaba con sus sabanas en desespero por no ver a su amigo, años donde Lana fue aceptando su distancia.
Pero ¡Hey! no todo es malo, en esos años, Lana también conoció más personas, conoció a su nuevo lugar favorito, después de esos años, Lana había marchitado cuan rosa, pero tambien florecio como una, y cuan ave fenix, Lana resucitó más alegre, más tranquila, más hermosa.
No obstante, una mañana en su universidad, por pura suerte quizá o tal vez el hilo rojo de destino hizo que él volviera, que ellos se reencontraran una vez más.