La Unidad

Solo dos chicos, porque todavía eran demasiado jóvenes para ser llamados hombres, estaban parados en las cuatro "x" marcadas en el suelo. Guardaban sus posiciones practicadas, o por lo menos lo intentaban, obligándose a no pensar en los sitios vacios.

Uno de ellos perdió su posición de respeto pero los altos cargos no le reprendieron. Les devolvía la mirada, como siempre había hecho, aún cuando su prótesis destrozada casi se caía de donde se unía a su hombro izquierdo.

Solo dos miembros se habían presentado, como solo dos de sus superiores lo habían hecho.
El hombre que presidía esa sala mugrienta del subsuelo en el que vivían se aclaró la garganta. El otro a su lado abrazó los pergaminos que llevaba en sus manos. Miró con pena a los dos niños que había visto crecer.

Todos sabían lo que "El Abuelo" (como lo habían bautizado los niños cuando aún eran pequeños) iba a decir.

-La Unidad ha sido disuelta.

Esta es la historia de lo que viene después.