Nunca medite tanto en la muerte como ahora. Como un idiota ignore la aproximación de mi enemiga, que al final triunfo sin combatir contra un buen guerrero. No quería que eso lo ocurriese a ella... Tome su mano y la apreté con fuerza. No quería que se fuera otra vez, no después de haberla recuperado. Descanse su cabeza cuidadosamente en mi regazo. Perlas de sudor cubrían sus poros y rodaban por sus sienes, escuchaba el bom bom débil de su corazón con una desesperación por salvarla. Pero era imposible, mi identidad no era la vida sino la muerte... Y yo lo sabía. Ahogue un grito de dolor, al verla morir ante mis ojos sin yo poder hacer nada para evitarlo. -Por favor, resiste un poco más-le suplique con voz ahogada por el llanto. Ella desintió con la cabeza lentamente, con un solo movimiento. -Te amo-musitó con voz quebradiza. Trago saliva y dijo-Por favor... Dile a Laurence... que mamá lo ama-sangre salio de su nariz. Me tomo de la mano apretándola con las fuerzas que le quedaban-Cuida... a Laurence por mi. -Lo prometo. Sujete su mano con fuerza cuando sentí el peso de la suya, su rostro cayó a un lado cerrando sus párpados lentamente y finalmente salió de sus labios una última bocanada de aire. Su corazón se detuvo. -•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-•-