Jamás pensé que estar muerto sería tan abrumador, se supone que es el descanso eterno, pero saber que debía compartir contigo aquel lugar tan vacío me producía inquietud y dolor. Creo que tú mejor que nadie sabe que mi corazón es un idiota deprimido y leal. A lo mejor esto sonara tonto, pero mi corazón sin necesidad de tener un cuerpo te llama e implora por ti, creo que tú ya te has dado cuenta y eso me aterroriza. Pero no tengo escapatoria, en ese lugar tan blanco solo somos tú y yo, en algún momento debo enfrentarte y ponerle un fin a tus señales tan confusas. Tu tal vez nunca te detengas a mirarme y a dirigirme la palabra, por esa razón, he decidido entregarte un poema junto con lo más delicado para mí; una rosa.
Pero, ¡Oye! Estos poemas no son cualquier texto, solo te entregaré un poema cuando mi corazón lata por ti, cuando no pueda evitar sonreír al verte, cuando mis mejillas se pinten de rosa por tu presencia, cuando me imaginé una 'vida' junto a ti.
Atte: Obviamente soy yo, no hay nadie más aparte de tu aquí.