Aquel día (Boyslove)

Ricardo siempre había temido a los prejuicios de la gente.

Compartir su más íntimo secreto sería exponerse a estar en la boca de todos, a ser juzgado y amenazado en una sociedad donde la tolerancia era mínima, no creía poder soportarlo.

Así que, por largos años logró construir una máscara inquebrantable, una que lograba reprimir muchas partes de él mismo y que de alguna manera lo protegía de todo los problemas que con gran miedo evitaba, perderla sería caer en un abismo asfixiante donde el eco de palabras maliciosas resonarían hasta dejarlo sordo.

Realmente se esforzó por esconderse de todo el mundo, pero alguien logró arrancarle lo único que le protegía... y asfixiaba.

No imaginaba que perder su máscara le dejaría sentir la libertad y que, al caer en ese abismo que siempre había temido, la única voz que resonaría con fuerza sería la de aquel chico que sin pensarlo sostuvo su mano.