Siempre he considerado que nuestro peor enemigo, o por lo menos el mío, es la conciencia. Donde tu mente le reprocha al cuerpo por tomar malas decisiones, pues la mente advirtió de las consecuencias, e igualmente actuamos irracionalmente. Por eso siempre intento que mis decisiones vayan acorde a lo que mi conciencia desea, para que si me llegase equivocar, pueda tomarlo con toda aceptación de que mis malas decisiones fueron en base a que soy humano y me equivoco, y no por la de hacerme la vista gorda e ignorar las consecuencias que tendría mis acciones en el futuro. Y a pesar de todo esto, de que me se mis alcances y limites, me traicioné, suena feo pero lo hice y ahora no sé qué hacer. Soy incoherente.