Ella era el atardecer. Él era el anochecer. Ella era alegría y tranquilidad. Él era tristeza y sequedad. Ella era habladora y le gustaba mucho los libros de romance. Él era observador y odiaba los libros de romance. Estaba claro que ellos eran polos opuestos. Tanto como Skaylar y Aren descubrirán que no todo está perdido, que la vida puede ser impredecible, pero que también en lo predecible hay cierta esperanza de empezar de nuevo. Solemos perder muchas cosas en el camino y perdemos demasiado tiempo pensado en lo que fue y en lo que será, entonces ¿Qué esperamos para encontrar Un lugar en dónde tú y yo podamos respirar?
42 parts