El líder de tribu Agrim siempre ha amado a una persona. Alev, quien era conocido como la esposa del Rey desértico. Desde que puede amar, su amor ha ido dirigido únicamente a ese pequeño Doncel, que jamás podría tener. Aunque lo ha intentado muchas veces, Agrim no parece estar destinado a hallar el amor en ésta vida. Solo y amargado, sus días son grises. Mehmet es el hijo de Alev y Amir. Como príncipe debió nacer con una fuerza e inteligencia audaz, pero por las malas intenciones de alguien más terminó con una complexión débil y una mente lenta que poco entendía. Mehmet ha sido mimado, consentido y protegido por sus familiares desde que tiene uso de razón. Y entre todo ese escudo a su alrededor, logró descubrir qué era el amor. Agrim, su tío no biológico, era el hombre que reinaba en sus sueños y pensamientos a cada hora. Inocentemente, Mehmet anhelaba el amor de alguien que veía su amor cómo una simple admiración infantil. Cuando las propuestas de matrimonio llegan y Alev ve el interés masculino sobre su ingenio hijo, decide asignar a Agrim para su protección. El líder debe vivir con él, acompañarlo a todos lados y velar por el bienestar de aquel joven peculiar. El enamoramiento infantil del que tanto se burló ahora es palpable. Agrim empieza a preguntarse si de verdad es posible que aquel muchacho lo ame, y al mismo tiempo se pregunta si él mismo puede amar a Mehmet. El hijo de su amor no correspondido.