Estaba llegando a un pueblito pequeño que se llama Vennency, en uno de mis tantos días de estar aburrida, decidí que quería una casa en un pueblo no muy conocido y no muy lejos, justo vi un cartel de una casa que se vendía aquí y decidí comprarla. Uno no sabría cuando necesitáramos escapar. ☆☆☆ Una semana de que había desaparecido y todas las noches en donde esa puta pesadilla se repetía. Muchas veces me despertaba en la madrugada y no podía dormirme de nuevo. Aunque estaba relajada no podía parar de pensar en todo lo que había sucedido. En él pelirrojo y sus besos, dios... sus besos.. Pero también no paraba de pensar en Alex y en lo mal que habíamos quedado. Un sabor amargo me hizo recordar lo que me dijeron en aquella entrevista. En que tal vez tenian razón y mi hermano estaba vivo, aunque trataba de comencerme de que eso no era cierto. También pensaba en como es que Arturo y Tris podían tener algo y me lo habían ocultado, se que yo también oculto cosas, pero él es mi primo y ella mi mejor amiga. No sabia con cierta actitud quien estaba enterado, de lo de ellos, pero aún así me dolía ninguno confiara en mi para decírmelo. La idea de desaparecer era para poder estar tranquila, pero no podía estarlo si sentía que todo el mundo me estaba mintiendo todo el rato. Además de que tenia el presentimiento de que algo muy malo me estaba ocultando mi familia. Por eso una frase que mi madre me decía se me vino a la mente. *LA MAYORÍA DE LAS PERSONAS TIENEN SECRETOS, OTRAS, LOS OCULTAN BIEN. MIENTRAS QUE ALGUNOS PUEDEN SER CONSUMIDOS POR ELLOS.*
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