Los celos recorrían a Porsche desde que Tawan estaba en la mansión. No le gustaba el sentimiento que tenía cada que el ex novio de Kinn hablaba con él de forma tierna. Menos podía soportar ver como Kinn aún lo defendía y protegía. Solo había una solución para eso. Sexo. Kinn nunca le negaría a Porsche tener sexo, en el lugar que estuvieran el mafioso aceptaría. Su única debilidad era el cuerpo esbelto de su guardaespaldas. Lo que no esperaban ambos era la presencia de alguien más esa noche. Pete.