Shoto, un asesino de demonios que vino de un pueblo incendiado, que también tenía las bendiciones de los dioses, juró cortar el cuello de cada demonio que se cruzara con su ojo. Su fuerte odio a los demonios alimentaba su determinación día tras día, la vista de todos los demonios, de pie, suplicando clemencia. Es algo que satisface mucho al chico. Sin embargo, ¿qué pasaría si ÉL fuera el que pidiera misericordia al final?
13 parts