Lo había perdido hace mucho tiempo, lo vio morir en medio de llamás que consumieron su cuerpo y junto a él, aquel lugar donde se conocieron y dónde se enamoraron se volvió cenizas. Mucho tiempo había pasado desde entonces, pero su recuerdo y el amor que sentía por él seguían vivos en su alma.
No lo había olvidado ni lo que vivieron juntos, logrando seguir adelante aún cuando ya no estaba a su lado, enseñándole a esas que consideraba como sus hijas, lo que aquel joven de cabellos blancos le había enseñado a ella, y aceptando que su tiempo junto ya había terminado, nunca esperó, que pronto se volverían a encontrar.