Adiós

Fue dura la partida, sus ojos estaban rojos mientras me decía adiós con su mano, no quise hacerlo más difícil y tomé mi bolso de mano, entre al auto encendiendo el motor y comencé a avanzar, mis ojos se llenaban y la distancia comenzaba a separarnos, recorrí la calle a baja velocidad y las demás personas que me apreciaban en esa comunidad salieron de sus casas para darme la despedida, una vez que salí de ese lugar y que todos me hubieran podido perder de vista frene el coche y comencé a llorar, me desahogué y esperé un momento más para relajarme, las lágrimas no me dejaban concentrar y no quería sufrir un accidente cuando mi familia me espera con ansias de regreso a mi hogar...