En un eminente y basto reino, llamado el Edén, donde dominaba el blanco y el dorado, yacía custodiado de criaturas divinas. Ahí, viví yo. Mejor conocida por ser su primera hija; la que fue corrompida por el mal. La que engaño a su esposo. La que violo las reglas del paraíso y cayo de él, para nunca volver. Así me conocen, sin embargo, lo que no se sabe, fue que fui yo la más semejante al Creador. Fui, la que hizo el papel de la esposa de un bastardo. Fui, la que suplico por ayuda y a cambió recibió un castigo. Fui, la primera mujer que no quería seguir lo ya establecido, la que quiso forjar su propio destino. Aunque...tal vez solo haya una verdad. Me enamore del pecado. Me veía a solas con un bello engendró. Mi amante era el demonio. - No soy a quien debes de amar. No soy en quien debes de confiar - me advirtió. Pero era demasiado tarde para eso, porque yo deseaba la perdición a su lado.