A veces, las cosas que más deseamos están más cerca de lo que pensamos. Algo tan cotidiano y simple que pasa desapercibido en la monótoma rutina diaria, puede que en realidad sea lo más importante para alguien que no sabe apreciar su valor hasta que lo pierde. Para Jayce, ese "algo especial" era Viktor. No supo apreciar su compañía cuando su salud aún era estable, y ahora lo único que puede hacer es lamentarse mientras él agoniza en una cama de hospital. Y aunque despierte, sus esperanzas de vida... ¿Por qué tuvo que ser tan estúpido? La ambición y la fama lo cegaron. Ahora, era Viktor el que pagaba las consecuencias de ello.