Ya no sabía dónde caminar, el tiempo seguía corriendo y las mentiras pronto saldrían a la luz, no sólo mis mentiras y lo sabía muy bien. -El tiempo comienza a correr ¿Cómo podría detener lo inevitable? La verdad estaba a la vuelta de la esquina. Pero que pasaría si todo fuera la confusión de dos corazones y los engaños de un individuo. -Ya no quiero mentiras