Cuando cerramos nuestros ojos, logramos transportarnos a diferentes lugares. Ella, soñaba con poder encontrarlo. Cada noche al dormir, mientras navegaba en el mar profundo de sus sueños, lo recordaba, como un ritual no hablado el aparecía. Aparecía acudiendo a su llamado desesperado y ansioso, anhelando poder estar juntos una vez mas en aquel lugar. Donde no los juzgaban, no debían aparentar nada. El único lugar en el mundo en el que ambos, podían ser ellos mismos. Aquel lugar sólo ocurría en sus sueños. Pero encontrarían la manera de tocarse de manera real. ¿Han soñado alguna vez con una persona que no conocen? ¿Si esa persona es la mitad de tu alma, la dejarías escapar de tus brazos?