Tres días de tinieblas

Ante la mirada atonita de un pueblo sumido en la desgracia se abrió el cielo y de el empezaron a caer bolas de fuego que destruían todo a su paso.

La tierra tembló y los mares se desbordaron arrasando con parte de la gran ciudad. Y se escuchó un clamor, el llanto de los malditos, de aquellos que blasfemaron contra el rey. De los impuros que desonraron la ley divina. Y entonces, la puerta entre los mundos se abrió y la oscuridad dio paso a los habitantes de las tinieblas.

Y solo tres días y tres noches bastaron para destruirlo todo.

Crédito por la creación de la portada a @Ely_Books