Ellos eran inseparables, todos lo sabian: James, Sirius, Remus, Peter y... Sarah Donde estaba uno, estaban los otros, sin falta. Siempre planeando alguna aventura, ayudandose, riendo. Sin preocuparse por el futuro, porque iban a estar juntos... o eso suponían. Todo se volvio incluso mejor cuando Sarah, una chica muy muy delgada, de enormes ojos grises y pelo rubio, se les unio, sin dejar de acompañar a sus amigos en todas. Desde tirar bombas de olor, hasta escaparse en la noche, recorrer los pasadizos más reconditos de Hogwarts, o subirse al tejado más alto.