-Dale algo que solo tu puedas darle.- había dicho Tay cuando su mejor amigo Kinn pregunto que podría darle a su novio Porsche por su primer cumpleaños que pasarían juntos. -Tienes razón.- exclamó Kinn feliz por la idea que se le había ocurrido. -Gracias.- Todos los amigos brindaron. El futuro jefe de la mafia sabía que su regalo le gustaría mucho al lindo guardaespaldas que ahora podía llamar su novio. Pero tal vez los planes irían más lejos de lo que el esperaba. Porque Porsche tenía una forma muy peculiar de darle las gracias al guapo hombre del que inesperadamente se enamoró.