Era una vez...
un pequeño llamado Wakasa, nacido en el seno de la familia Imaushi, donde la desgracia y la desdicha eran compañeros constantes. Su madre, atrapada en la adicción a las apuestas, y su padre, un hombre completamente degenerado, crearon un hogar donde el amor y la calidez familiar eran solo ecos lejanos. Desde su corta edad, Wakasa nunca conoció la ternura de un abrazo ni la seguridad de un hogar amoroso.
Sin embargo, en medio de esa oscuridad, el destino a veces tiene formas inesperadas de mostrar su bondad. Un día, mientras exploraba los rincones de su mundo solitario, Wakasa se topó con un misterioso azabache. Este encuentro cambiaría su vida para siempre, despertando en él la esperanza de que, a pesar de las adversidades, aún había lugar para la luz y la conexión. Así comenzaba la historia de un niño que, a pesar de su doloroso pasado, se aventuraría en un viaje de autodescubrimiento y redención, buscando su lugar en un mundo que parecía haberle dado la espalda.
Emily Williams, alrededor de un año de edad fue abandonada en las puertas de un Orfanato en Londres, fue encontrada envuelta en una sábana dentro de una canasta, en malas condiciones con un golpe en su cabeza y una nota diciendo: Emily... Lo siento, te quiero.
Al pasar el tiempo, en el Orfanato se dieron cuenta que Emily tenía un nivel de visión bajo, llegando a sólo ver siluetas y destellos de luz, lo que hizo imposible su adopción. Así pasaron los años, veinte para ser exactos y el final de su estadía en el Orfanato había llegado.
¿Qué hará una chica ciega, de veinte años en un mundo que no conoce? Sin un lugar a donde ir y con un fiel pequeño compañero llamado Matthew, un niño de siete años; lo que considera su única familia.
¿Cómo dos personas, con vidas tan diferentes llegan a aparecer en la del otro?
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🔴Obra registrada ✔