-¡Vuelve aquí maldita nerd! -grito Bakugo mientras subía las escaleras -¡Te juro que cuándo te ponga las manos encima, te vas a arrepentir! -amenazó.
Izuku, que se había adelantado a su acosador, no pudo evitar la sensación de que si volteaba la mirada, este ya se encontraría detrás de ella para sujetarla. Con los nervios de punta, logró llegar a la azotea, por lo que buscó con mirada desesperada a sus alrededores alguna una forma de escapar de la furia que se acercaba rápido hacia ella, entonces supo que no había marcha atrás.
Cuando Bakugo llegó, comenzó a buscarla pero no hizo falta dar un solo paso, ya que ella estaba justo frente a él, al otro lado del barandal de cara hacia el vacío; su corazón a pesar de la adrenalina anterior, paró al verla en esa posición. Izuku, se percató de la presencia del cenizo detrás suyo.
-¿SE PUEDE SABER QUÉ RAYOS HACES? -grito tratando de aproximarse lentamente a ella, la cual, sonrió irónica ante la pregunta del rubio.
-Solo pensé en ese consejo que me diste -ella quería ver directamente a la cara del rubio, por lo que dió una peligrosa vuelta dejando colgar su mano y pierna izquierda hasta que se sostuvo nuevamente del barandal -creo que es lo mejor, adiós Katsuki -dijo para dar un paso hacia atrás y caer.
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero