No tienes idea de cómo llegaste a este lugar. Tan solo unos minutos antes te encontrabas sentada tranquilamente en tu escritorio, frente a la computadora, tratando de concentrarte en ordenar unos datos y de pronto todo se oscureció; sentiste frío y luego escuchaste un chasquido que te hizo sentir el calor de la luz de un foco sobre tu cuerpo y fue hasta en ese instante en que te diste cuenta que estabas casi desnuda, sobre una silla, con tus muñecas atadas por detrás del respaldo de la misma y que tus ojos estaban vendados.