Cerré mi corazón, es pos de resguardarlo. A salvo de la locura, a salvo de las traiciones, a salvo de... otras personas. Sin embargo, un corazón solitario siempre se acaba hundiendo, tarde o temprano. Hay que saber ver. Es necesario sentir. Vivir. Los recuerdos levitan. Se cristalizan y forman las llaves de aquellos portadores que, en alguna ocasión, formaron parte de mi corazón. Es hora de abrirse al Mundo.