En el orfanato al que fue enviado no logro hacer ningún amigo. Paso noches enteras preguntándose, ¿Por qué es que nadie se le acercaba, porque es que todos parecían huir de él y sobre todo, por que merecía esas miradas? Miradas llenas de terror y miedo como si estuvieran viendo a un monstruo, ¿Acaso yo era un monstruo? ¿Era un monstruo por tener la cara desfigurada? ¿Solo eso basta para que alguien sea mirado con desprecio? Pero no, no me avergüenzo, mucho menos cuando este es el único regalo que me dejo mi padre...