Johnny era un hombre que a simple vista se veía bueno, honrado, padre de familia y respetado. Aunque sus malos pasos lo perjudicaban en secreto, ya que pertenecía a la mafia más grande de esos tiempo, la mafia Green. Un jueves de junio del 2017, las malas acciones de Johnny le cambiaron la vida a su único hijo, Tony Escarvette. Padre e hijo se encontraban trabajando en su rancho familiar. El joven de 17 años se percata de que una camioneta verde obscura se acercaba a la entrada. Al instante le aviso a su padre, quien al ver lo que pasaba le entrego un revolver dorado que tenia guardado en su pantalón. El estaba preparado ese día para morir. Con voz temblorosa le dice a su hijo que corra y se esconda, quién reacciona de inmediato escondiéndose no muy lejos de ahí. Desde lo lejos puede ver cómo dos hombres con sombrero y traje verde se bajan de la camioneta apuntando a Johnny con AK47. Al momento y sin remordimientos le dispararon por todo el cuerpo y lo dejaron tirado. Cuando los hombres se van de ahí Tony corre hacia donde se encontraba en cuerpo de su padre ya sin vida que al verlo dice estas palabras que quedarían marcadas en el por el resto de su vida. "No dejare que tu muerte sea en vano
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