Ser un omega no es fácil...era lo mejor que podría pasarle a cualquiera. Gigantescos guardarropas con más prendas de las que alguna vez podría llegar a usar en la vida, costosos bolsos de marcas reconocidas y las más brillantes y valiosas joyas que muchas personas jamas podrían siquiera llegar a ver en algún aparador, esa era el destino que la vida le deparaba a aquellos afortunados omegas cuya mano fuese tomada por un alfa de gran categoría...ese era el destino que, se suponía, debido haber sido suyo si tan solo no hubiese sido un condenado alfa...
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