Conocerse a uno mismo es un trabajo para toda la vida, y estoy segura de que ni siquiera al final hayamos podido recorrer cada recoveco que habita en nosotros. Gabriel, una joven de 26 años, ha pasado tanto tiempo destruyéndose y cimentando de nuevo que la muerte se le hace demasiado familiar. Ahora ella quiere que eso cuente para algo. Todo empieza, de nuevo, con una ruptura. Así que Gabriel navega entre sus propias emociones y después de que una parte de sí misma vuelve a destrozarse, ella se levanta y comprende. Pero no piensa quedarse ahí, ha decidido que el mundo la va a escuchar rugir.