Cuando muere Joana, una joven surfista de apenas veinticinco años de edad, el mundo de Nathan se derrumba por completo, sus planes de futuro eran con ella, sus pasatiempos eran los de ella, su vida, era de ella. Sin embargo, la vida tiene que seguir y no hay nadie mejor para demostrarle eso que Lorie, la hija menor de los mejores amigos de sus padres.