Thunder, su nombre era Thunder Iversen. Él llegó a Quebec, Canadá, para empezar una nueva vida, un nuevo comienzo. Tenía carisma, y le sobraba talento. El músico decidió no pasar desapercibido y así lo hizo con sus cientos y muy peculiares tatuajes que no dejaron indiferente a nadie. Ni siquiera a ella, a Sigh White. Aquella chica que poseía tal secretismo que atrajo a Thunder por su mera voz. La del cabello como las rosas rojas apareció en su vida como un verdadero destello de luz cegadora. Encontrar un lugar seguro en el otro fue lo que los llevó por un camino completo de indomables emociones de tal intensidad como la de los rayos.
51 parts