Amelia nunca esperó que después de un concierto y de un montón de alcohol su vida amorosa se viera puesta patas para arriba, mucho menos que tendría que elegir entre sus deseos más profundos y carnales, y lo que su corazón realmente merece. Martín no creyó enamorarse así, mucho menos después de una ruptura tan densa como la que acababa de vivir. Tampoco quería herir a Amelia, pero como su propia banda lo dice, en las guerras de amor siempre hay balas perdidas, y ella fue el daño colateral de su proceso, en el que, sin embargo, él también salió perdiendo. Amelia y Martín se encuentran en un punto clave de su relación ahora mismo, o lo dan todo, o se dicen adiós de una buena vez, aunque ambos son tan orgullosos y tercos que el tiempo parece acabarse. ¿Serán capaces de lograrlo? Pero aún más importante, ¿quieren realmente estar juntos o es un capricho que se les salió de las manos?