Nunca creí en esa frase que mi madre solía decir sobre que las apariencias engañan. Usualmente pensaba que lo decía basándose en el fracaso que había sido la vida con mi padre. Tan equivocada estaba cuando lo conocí a él, ese que me enseño el cielo y el infierno en una misma persona y me hizo darme cuenta de que detrás de una sonrisa siempre había más.All Rights Reserved