
Choi han no podía sentir ni un milímetro de su propio cuerpo, se sintió entumecido, ya la vez adolorido. Aunque era lógico, después de ser usado como un juguete sexual por varias personas, utilizándolo sólo para sus deseos carnales y lujuriosos, su sensibilidad al dolor había ido desaparecido poco a poco.All Rights Reserved