En tiempos antiguos, el majestuoso reino de Degrant se transformó en un imperio bajo el mando de un soberano arrogante que anhelaba la magia. Tras robar este poder y desafiar a la deidad de la magia, una maldición cayó sobre su linaje, dividiéndolo en dos. Marcados por características opuestas, estas facciones se convirtieron en enemigos acérrimos, que lideran una lucha interminable por el control del trono. Esa guerrera, la guerra del rosedal.