Percival se retira después de haber sido torturado por un fan maniático, que destruyó los nervios de sus manos. Se cambia de país, sin soportar la decepción de todo Estados Unidos. Se va a Inglaterra, Londres, y se hace vecino del hombre que conoció en un parque para perros. Aunque no lo sabe. Al menos no hasta que, después de la cuarta veces que el piano suena horrible bajo sus dedos, alguien toca la puerta. Y ve a Newt allí, parado incómodamente en su entrada, preguntando: «¿estás bien?».