Llevaba colada por él desde que lo vi en el jardín de niños, se podría decir que experimenté eso de "amor a primera vista". Un chico guapo, inteligente y de sonrisa encantadora que hacía a todas caer rendidas a sus pies, mi mayor deseo era que me amara de la misma forma que yo lo hacía. Soñaba con ello. Aunque claro, no todas las historias de amor son correspondidas.
Era mi crush, lo sabía por una carta que le envié en tercero de primaria, la cual se había encargado de hacerle saber a todo el mundo.
Sinceramente no entiendo cómo me podía gustar después de todo lo que había hecho, pero en el fondo estaba segura que detrás de esa fachada de chico malo, arrogante y mujeriego se escondía un pequeño y asustado niño con temor de salir lastimado.
Lo malo de reparar a alguien es que tú te rompes en el proceso, ya lo sabía, y aún así mi terquedad me hizo quedarme a su lado.
Me utilizaba como y cuando quería, pero algunas veces solía ser tan dulce y tierno que llegaba a confundirme. Era la causa de mis mayores sonrisas y mis peores lágrimas.
¿Podría yo algún día llegar a su corazón o me daría por vencida a mitad del recorrido?
Para averiguarlo debía permanecer cerca de ese que amaba desde pequeña, de mi "estúpido crush".
........................................................................
Hola hola, un gusto saludarlos, por aquí su autora. Bienvenidos al lado romántico y poco existente de mi corazón. Esta historia será algo cursi y cliché, pero como las otras, tendrá ese toque mío que la hará diferente (Van a llorar) ok no, o quizá sí jjjj. Como siempre no saquen conclusiones precipitadas, me gusta sorprenderlos, ya saben jjjj. Espero les guste esta historia porque...¿Quién no ha tenido un estúpido crush?
Un beso cliché y nos leemos pronto.
MaryLiSa001
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.