Quisieron el mal para mí, y sin duda lo han conseguido, pero también han conseguido salir disparados de mi vida, sin la esperanza de poder volver a entrar. Estoy en una etapa muy difícil en la que todo gira a mi alrededor, o por lo menos eso creo. Los chicos van y vienen, no son más que simples pasatiempos, con los que a veces, simplemente, me divierto. La vida me ha hecho más fría, las situaciones por las que he tenido que pasar. Y a pesar de que tan sólo llevo 15 años en esta vida, creo que han sido suficientes para descubrir de qué va todo esto. Para mí, la vida es un juego. Un juego en el cual puedes perderlo todo con un simple pestañeo. Un juego en el que no hay opciones, sino decisiones. Un juego en el que si no arriesgas, no ganas. Un juego estúpido, creado por grandes Dioses con grandes aburrimientos. La vida es simplemente eso. Un período de tiempo efímero. Personalmente, a mí este juego me encanta. Antes, me daba miedo decir lo que realmente pensaba, arriesgarlo todo, o incluso expresarme abiertamente. Pero me he dado cuenta de que este jodido juego es más divertido si haces lo que te pasa por la cabeza, si vives sin condiciones, si eres tú mismo.
No voy a presentarme, porque sería inútil. Prefiero que me conozcáis poco a poco. Además, soy una chica como otra cualquiera. No destaco por mi físico, ni por mi inteligencia. No destaco prácticamente en nada. Ah bueno, sí, en que tengo muchísimos defectos, y no estoy orgullosa de ninguno de ellos. Supongo que sería bastante estúpido presentarme, ya que posiblemente luego os olvidaréis de quién soy -o quién fui- y por eso mismo es por lo que voy a dejar de decir estupideces, porque estoy más guapa calladita.